25 de enero de 2014

Las solteras: un estudio antropológico.

Queridas amigas,

Como bien dije, voy a hablar de lo que me apetezca (autonota: quizás debería hacer apartados en la página principal del Blog) y hoy me apetece hablar de una especie que nos da la madre naturaleza: LAS SOLTERAS. No cualquier soltera, no, sino las solteras empedernidas sin llegar todavía al estado civil de "mosita vieja", que tan en consideración deberían tener los señores Registradores Civiles para incluirlos en sus inscripciones. 

¿Qué mujer de unos veinticinco años en adelante no tiene entre su grupo de amigas como mínimo un ejemplar de "solterita  (primera declinación) desesperatens (tercera declinación)"? En un primer momento se esconden bajo una coraza de felicidad, de alegría y de estar orgullosas de ser solteras. Ellas lo son porque quieren, chica, han escogido ese estilo de vida. Son mujeres fuertes, modernas, del siglo XXI. Tienen frases pegadizas, gritos de guerra y, si me apuras, un club secreto al más puro estilo de los Canteros (véase los Simpsons) mientras cantan "nosotras, nosotras...." con copas de vino y fumando con largas boquillas al más puro estilo Madame Chanel mientras en la tele tienen puesto Sexo en Nueva York (su máximo referente). Ésos son los cuarteles secretos de la capital, claro ésta. Luego están las delegaciones municipales, en las que te enseñan como se pone el pollero de una Virgen, cómo hacer que el Nazareno tenga el pelo ondulado y propio de un anuncio Pantene y esas cosas, una especie de FP para lo que podría ser su oficio a medio plazo (siempre con Sexo en Nueva York de fondo, que es lo común a todas, porque éstas también se creen chic y modernas).
Ejemplo de  mensaje subversivo de esta secta.

El problema es cuando tú quedas con alguna de ellas, y quien dice quedar, dice no salirse de un horrible grupo de Whatsapp por el miedo a la crítica en tu ausencia. Tú, una chica que ha tenido novio desde que pudiste ir sola al baño y el hecho de que te despidieras del pañal significaba que Manolito podía tocarte el culo, siempre con prudencia porque, chicas, recordad la máxima de Encantada: "recordad que nuestros labios son, los que abren nuestro corazón" (no hace distinción de labios, así que debemos entender que todos). Que desde que hiciste la Comunión llevas pensando cómo será tu boda y sabes las flores que llevará el ramo. Que desde aquel día que tu novio se te presentó una gélida noche de noviembre, en un botellón, con un sólo guante para que no se le enfriara la mano que sujetaba el vaso, ya sabes como se llamarían vuestros hijos. Ahí estás, frente a alguien que repite lo genial que está soltera, que no necesita a nadie, que es una mujer moderna que disfruta de la vida y está orgullosa de serlo, que mientras tenga en la mesita de noche un "Supervibrator 3.000 Evolution anti perdidas de orina y con sistema Android" no necesita hombre alguno. 

Entonces es cuando hace que te sientas recién salida de una novela de Austen, escapada de finales del  siglo XVIII, principios del XIX si ya eres toda una modernota que no controlas la última conexión a Whatsapp de tu novio porque tenéis libertad. Y te imaginas con tu vestido de corte imperio, tu peinado con rizos y humedeciendo tus enaguas por un atractivo Mr. Darcy que, para las más enamoradas, tendrá la cara de sus respectivos Manolitos. 



Y así te vas de fiesta con ella, casi al borde de las lágrimas, porque no eres moderna, no eres cool y no tienes un "Supervibrator 3.000 Evolution anti perdidas de orina y con sistema Android" en tu mesita de noche. Y lo que pensabas que iba a ser esto...

....En realidad se convierte en un pub lleno de gente sudorosa y yonkis del tabaco con horteras cigarrillos electrónicos colgados al cuello (agradécele a Dios, Buda, Alá, Chanel, Dumbledore o a quien quiera que sea tu divinidad que no haya canis). Poco después, mientras te contoneas al ritmo del reggaeton más decadente con tu gin tonic último modelo con esencia de piedra filosofal, te das cuenta de lo que ocurre:

Tú estás felizmente bailando, sin preocupaciones. Saludas a Mili, que hace mucho que no la ves y ha engordado una barbaridad (y como te ha criticado con anterioridad te acercas para que vea lo divina que estás). Te escondes de Carmencita, que es una chismosa. Un chico te invita a otro gin tonic (una vez pagado al barman le comentas como quien no quiere la cosa que seguro conoce a tu novio). Mientras todo esto pasa, tu amiga está nerviosa, mirando a los lados, comprobando el terreno, buscando presas. A cualquiera que se le acerca, aunque sólo sea para pasar a la barra (recuerda que, te pongas donde te pongas vas a estar en un pasillo) le hace esto:

Le tiemblan las piernas, es fin de semana, necesita "mostrarle su flor a alguien" y no encuentra a quien, mientras tú, tranquila, sabes que mañana puedes activar la palanca mágica en cualquier carril entre olivos. De pronto desaparece y, cuando la ves de nuevo, está poniéndole ojitos y besuqueándose como si no hubiera mañana con un espécimen recién salido de la esquina más recóndita de Mordor, que sólo entró en el pub porque estaba persiguiendo a un par de Hobbits. 

Es entonces cuando te das cuenta de que en el fondo no es tan libre como dice, que vive por buscarse maromo, sólo que no ha tenido suerte. Y que tú has disfrutado más la noche, has bailado más, has tenido menos preocupaciones, sigues siendo cool y moderna (sobre todo cuando alguna que otra casi llega montada en tractor al pub) , que tu relación con Manolito es muy buena y que no necesitas un Supervibrator 3.000 Evolution anti perdidas de orina y con sistema Android. Quizás dentro de poco tiempo se le cure esa "soltería empedernida" y aparezca con un pariente del modelo de Invictus. Aunque lo más normal que ocurra es que agarre al primero que se le cruce en el camino, posiblemente primo hermano del orco del pub (todo queda en familia) y diga que ella nunca ha buscado el amor, que apareció. 

En fin, queridas amigas, una vez expuesto el tema, seguro que vosotras también tenéis una amiga así. Sólo os doy un consejo: paciencia y silenciad los grupos de Whatsapp.

¡Besitos!

17 de enero de 2014

Eloy Enamorado nos quiere barrocas para bailar sevillanas.

Como soy nueva en esto pues todavía no me conocéis, así que os daré un nuevo dato: no hay nada que me guste más en el mundo que un traje de flamenca. De pequeña, en lugar de disfrazarme de princesa, en cuanto tenía oportunidad cogía el primer traje de flamenca que pillaba y me embutía en un remolino de volantes (tened en cuenta que eran los años 90 y que la moda de mi más tierna infancia se caracterizaba por metros y metros de volantes, desde la cintura). Mi madre, desesperada, me los escondía. ¡Pobre de ella, cuanto esfuerzo en vano! Incluso en casa de mis abuelas acababa encontrando pequeñas reliquias en forma de vestido en el baúl de los recuerdos. Conclusión: Mariquilla podía pasearse vestida de flamenca perfectamente en pleno mes de noviembre. Era feliz jugando a ser Marisol.



Viendo estos antecedentes, ¿qué pensáis que sentí cuando hoy, después de comer, me senté aletargada en mi braserito y vi en la tele la colección ganadora de los diseñadores noveles de la pasarela de moda flamenca We Love Flamenco? Pues bien, os lo diré de una manera ruda y grosera, si bien utilizada por Julia Roberts en Pretty Woman:  "casi me meo del gusto en las bragas". Fue un éxtasis - no penséis mal, que Santa Teresa también los tenía y es Doctora de la Iglesia- en los que se mezclaba el arte, la tradición y la moda. De repente, en mitad de enero, volvieron a apoderarse de mí esas ganas de feria, sevillanas, farolillos de colores, manzanilla y rebujito. Bueno, de rebujito me pueden entrar ganas cualquier día a cualquier hora, sí, lo sé, es un problema, tengo que mirármelo, pero bueno, ese no es el tema que nos atañe. Me quedé ojiplática, patidifusa, pegada a la tele, con la boca abierta. Fue un amor a primera vista.

Centrémonos en el tema. La segunda edición del certamen de moda flamenca We Love Flamenco está teniendo lugar en el hotel Alfonso XIII de Sevilla desde el pasado jueves 16 de enero y podremos disfrutar de ella hasta este domingo día 19. La pasarela fue inaugurada por los finalistas del concurso de Diseñadores Noveles, organizado por la Diputación. Todos los diseños merecían la pena, eran magníficos. ¡Tiembla Lina, los jóvenes vienen con fuerza! (¿pero qué digo? Ella es una grande entre las grandes). Id preparando espaldas, chicas, todos nos dicen que es tiempo de esos escotes. Sin embargo,  el merecido ganador de este concurso fue el joven de Burguillos, Eloy Enamorado, con su colección Con el Tiempo. Si alguna vez me lo encuentro le beso las manos, y os mostraré por qué.




Con ella, el diseñador nos transporta nada más y nada menos que al Barroco, al Siglo de Oro español, y cómo no, eso es la colección, ¡ORO! Eloy Enamorado ha plasmado a la perfección en su colección las máximas características de este movimiento artístico tan puramente español: el movimiento y la abundancia de decoración: los motivos florales, la simulación de las telas. Una decoración abundante tratada con un equilibrio brillante, que no cansa la vista, que no llega a empachar, ni que podemos tachar de recargado.

Sus trajes merecen el calificativo de "artesanales". Nos regala a la vista fantásticos estampados realizados  con pinturas acrílicas y al óleo que nos muestran entrañables ángeles con el candor y la dulzura propia de los de Murillo, envueltos en un mar de flores y lazos; así como magníficos brocados, con el color oro como protagonista, en distintas partes de los vestidos.







 Fotografía de "¡Ay Maricrú!"

Metros y metros de tela, de volantes de todos los tamaños, para todos los gustos y un amplio abanico de cortes, incluso uno que consiste en unos elegantes pantalones. Y movimiento, mucho movimiento de cada uno de los centímetros de tela que forman estos trajes de flamenca.

Incluso nos lleva al mundo taurino, utilizando adornos semejantes a los de un traje de luces e incluso los colores propios de un capote.
Fotografía de "Entre cirios y volantes"

Finalmente, vamos a fijarnos en los complementos. ¿Por qué ponernos una sola flor pudiendo llevar un jardín? (Espero que no os lo toméis al pie de la letra, sobre todo aquellas que tienen la cabeza un poquito más grande, cada una que lleve lo que le favorece). El año pasado ya veíamos como "con una no basta" y ya veíamos como se empezaba a apostar por varias flores. Eso sí, no os vayáis luego a hacer un megamoño elaboradísimo, obra de ingeniería, porque no. Algo sencillo, como los del desfile, un "roete" de toda la vida, o un moño cordobés. En este caso se utilizan rosas naturales (nada recomendado si eres un revoltillo en la feria) e incluso paniculatas. 

No todo hay que seguirlo al pie de la letra, recordemos que es una pasarela, pero de aquí podemos sacar ideas para ir a la feria despertando envidias. Sí, reconocedlo como yo lo reconocí hace tiempo: nos ponemos guapas para que las demás nos odien. Eso es así. Hombre, yo quedar, me quedo con la que lleva corona, porque soy una reina, ya me lo dice mi abuelo, pero tampoco es cosa de ir así por la feria. Una cosa es que me odien, otra que me peguen las canis. 

¿Y a vosotras que os ha parecido? ¿Estáis ahorrando ya para los metros y metros de tela que necesitaremos para los vestidos este año? 

¡Besitos!



15 de enero de 2014

Hola, soy nueva y me gusta el vestido de Emma Watson ¿Y qué?

Creo que mi mente es un peligro para la humanidad, sinceramente. Soy criticona, rencorosa y chismosa, todo eso, claro está, lo tengo recogido en mi mente. No digo todo lo que pienso, si lo dijera, no tendría amigas. Bueno, de hecho creo que no tengo amigas porque todas son como yo (excepto contadas excepciones), así que entramos todas en bucle infinito de desconfianza y de puñaladas traperas ( y no tan traperas) que hacen de nuestras quedadas una de las más grandiosas aventuras en las que el ser humano se puede adentrar. Pues imaginad como me siento cuando miles de pensamientos se pasean por mi cabeza, ocupándome espacio, con miedo a salir debido a mi casi probable escarnio público. ¿Cómo ponía yo fin a esta situación?¿Cómo podía descansar de todas esas ideas que azotaban mi mente pero que me crucificarían socialmente? Y llegué a una conclusión...¡UN BLOG! Y se me quedó esta cara:


Así que aquí estoy. No sé de lo que voy a hablar: ¿sólo moda? ¿política? ¿peinados? ¿mi último estropicio en la cocina? ¿la evolución de ese lunar en la espalda que tal vez tendría que verme el dermatólogo? Quizás hablar del mismo tema siempre puede aburrirme (excepto un seguimiento exhaustivo de mi lunar, creo que nunca me cansaré de eso) así que, simplemente hablaré de lo que me apetezca y cuando me apetezca.

¿Y qué me apetece hoy? Pues como una de "mis amigas" no me ha contestado al Whatsapp que le mandé y mi novio (pareja/chico, si sois modernas; y abuela, si me estás leyendo, "el muchacho que me habla") me contestó con un escueto: "necesitas una amiga", hoy quiero hablar de Emma Watson y el vestido que lució en los Globos de Oro.

No sé si es el cariño que le tengo a la muchacha (fans de Harry Potter, cuando la vayáis a criticar, sólo pensad "no, no puedo, es Hermione) o que el vestido en realidad merece la pena, pero la verdad es que me gusta. Para poneros en situación, la cándida Emma, de cara angelical, se presentó a los ya citados premios con su pinta de no haber visto ninguna varita mágica en su vida, con un recatado vestido de Dior, diseñado por Raf Simons,  de corte limpio, sencillo, con un lazo a la cintura, donde lo que más llama la atención, y quizás uno de los logros del vestido, es su magnífico tejido, que simplemente cae, pero con una ligereza excepcional, que la acompaña en todos sus movimientos. El tono era otra maravilla, más que rojo quizás deberíamos decir coral.  Emma había elegido un elegante y sencillo recogido en la nuca, con raya al lado, un peinado que le favorece mucho y ella debe saberlo, pues constantemente recurre a peinados con raya al lado y alguna que otra vez la he visto yo con este tipo en concreto. Para rematar todo este aire de "corrección y elegancia" y darle un toque desenfadado, usa un original pendiente de doble perla también de Dior. Sí, en un principio, haciendo alarde de las buenas enseñanzas de mi abuela, pensé "uy, pero si está mocha, le falta un pendiente" y para ser sinceros, lo sigo pensando. Quizás se le perdiera, quizás no, pero cuando llegue a casa "mocha" después de contemplar el cielo estrellado junto a mi novio en un oscuro paraje entre olivos, le diré a mi madre que se lleva, que así lo lleva Emma Watson.


                                 Como veis, el típico vestido que todo padre quiere para su hija. 

Pero todo se volvió caos cuando se dio la vuelta y dejo al descubierto un magnífico escote en la espalda y....tachán tachán, tachán...UNOS PANTALONES NEGROS! (¿Hay que decir también que son Dior y que van con el vestido? No sé, soy nueva). La gente reía, lloraba, se tiraba de los pelos, se volvía loca "¿qué es esto?"pensaba y los más catastrofistas veían en esta prenda un signo de que se acercaba el Apocalipsis. Unos la ovacionaban en las redes sociales, "It Girl" la llamaban, otros decían simplemente que era "horroroso", pobres almas en "desgrasia" estos últimos (véase La Sirenita para cantarlo con entonación). Toda su imagen de niña buena quedó tirada por la borda dando paso a un look rebelde, arriesgado, chocando el hechizo Wingardium Leviosa en algún que otro miembro de la especie masculina. 


¿Qué queréis que os diga? Para mí el vestido es espectacular y ella va perfecta a la gala. La síntesis vestido-pantalón es perfecta. Las que dicen que es "horroroso" pensad que vosotras no os lo vais a poner para la boda de vuestra prima Ana Mari, ni vais a chupar las cabezas de las gambas con él puesto. Este vestido está hecho para lo que está: impresionar y no dejar a nadie indiferente, pero me parece perfectamente confeccionado y una combinación asombrosa.

Todavía recuerdo esas faldas-pantalón que cuando niña mamá me intentaba poner y yo miraba con recelo, pero que me alegraban la tarde al comprobar que me podía montar en los columpios y dar volteretas sin que se me vieran las braguitas. Bueno, alguna que otra ya apuntaba maneras y se colgaban bocabajo enseñando sus vergüenzas con encajes y lacitos.

En fin, que hasta aquí mi primera entrada, que ha sido bastante benevolente, ¡pero es que es Hermione!

¡Besitos!